Intervención de México en la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA sobre la situación en la República Bolivariana de Venezuela del 24 de enero de 2019
México, al igual que toda la comunidad internacional, ha seguido con atención el desarrollo de la compleja situación que se vive en Venezuela, y específicamente los sucesos recientes. Por ello, reiteramos nuestra preocupación por el deterioro de la situación de la población venezolana, incluyendo con respecto a las garantías de derechos humanos.
Ante el escenario actual, hacemos un nuevo llamado a todas las partes para reducir las tensiones y evitar una escalada de violencia que pudiera agravar la situación. México lamenta la pérdida de vidas en el marco de estos sucesos, y desea expresar su solidaridad con las víctimas y sus allegados.
Conforme a los principios de derecho internacional, consideramos necesario que todos los actores encuentren una solución pacífica a la compleja situación que enfrenta Venezuela, a través de un nuevo proceso de negociación incluyente y creíble, con pleno respeto al Estado de Derecho y los derechos humanos.
Por lo que se refiere a las implicaciones que esta delicada situación tiene para nuestra Organización, nos parece necesario aclarar el estatus jurídico derivado de la designación del Presidente interino nombrado por la Asamblea Nacional de Venezuela, y las muestras de reconocimiento y apoyo internacionales que ha recibido. En este sentido, México solicita atentamente a la Secretaría General de la OEA, que nos proporcione una aclaración jurídica detallada, teniendo en consideración todos los instrumentos legales pertinentes y las consecuencias para el futuro funcionamiento de nuestra Organización, conforme a su mandato.
Las resoluciones adoptadas en el marco de esta Organización, tanto de la Asamblea General (junio 2018), como del Consejo Permanente (enero 2019) sobre la falta de legitimidad del proceso electoral de mayo de 2018, como de un no reconocimiento de la legitimidad del mandato que asumió Maduro el pasado 10 de enero, constituyen resoluciones de carácter político, que reflejan una preocupación por parte de los Estados Miembros sobre la situación que aqueja a Venezuela; particularmente en cuanto a la seguridad, la prosperidad y el respeto a los derechos humanos.
En el caso de México, el no pronunciarse sobre el reconocimiento de los gobiernos de otros Estados, es una práctica basada en la experiencia histórica de mi país y sus principios de política exterior. Consideramos que hacer lo contrario, afecta la soberanía de los Estados y propicia un clima ya de por sí tenso, adverso a los esfuerzos para resolver la grave situación en Venezuela.
Lo anterior, sin embargo, no ha impedido que reiteremos nuestra profunda preocupación por lo que ocurre en ese país, donde se ha deteriorado de forma significativa la situación económica y social, y la protección y respeto de los derechos humanos. Reconocemos asimismo el legítimo derecho del pueblo venezolano a elegir su sistema político, económico y social sin injerencias ni presiones de ningún tipo.
Por ello, es necesario el diálogo genuino y de buena fe entre todas las partes, con el fin de alcanzar un acuerdo político incluyente, encaminado a que la sociedad venezolana encuentre, por su propio cauce y por la vía pacífica, un futuro mejor.
Por eso México apuesta por una diplomacia que logre las condiciones para un acuerdo político amplio, en un marco de paz, democracia, seguridad y respeto a los derechos del hermano pueblo venezolano. La urgencia de la situación amerita de toda nuestra atención, buena voluntad y compromiso para promover una salida pacífica.
Muchas gracias.